Las mascotas corporativas en las marcas

Hay mascotas que nos acompañan durante toda nuestra niñez, adolescencia y, en muchos casos, hasta la edad adulta. Y no, no son mascotas cualesquiera; son las mascotas corporativas de las marcas.

Esto nos lleva a darnos cuenta de que su utilización es muy eficaz en el mundo publicitario, ya que estas mascotas están llenas de personalidad y valores que definen a la marca.

Pero, para que esta estrategia de branding funcione y los clientes se sientan identificados con la marca, las mascotas deben tener características indispensables.

Es importante que la mascota logre transmitir los valores de la marca, lo que representa y su esencia. Además, debe transmitir una emoción positiva para establecer un vínculo beneficioso y tangible con el cliente.

Es de vital importancia que las mascotas corporativas sean únicas, ya que esto genera narraciones e historias que llevan a crear conversaciones con los consumidores, haciendo que los clientes las recuerden con más facilidad.

Enfocándonos en las mascotas más famosas que más nos llaman la atención, tenemos a Chester Cheetah, el tigre de Cheetos. Esta mascota comunica los valores de la marca, asociándola con un carácter divertido y juguetón, gracias a su diseño visualmente llamativo.

En 1990, Nesquik nos presentó a su mascota llamada Quick, la cual transmite valores muy concretos a la marca. Quick acompaña a los más pequeños de la casa, e incluso a los adultos, todas las mañanas. Desde su creación, esta mascota siempre logra llenarnos de energía.

Podríamos mencionar muchas mascotas corporativas notables, pero vale la pena destacar a otro conejo famoso: el conejo Bunny de la marca de pilas Duracell. Al igual que Quick, esta mascota transmite la energía que caracteriza a su producto. Aunque en este caso, está dirigida a un público más adulto. Es un personaje muy significativo que ha posicionado a Duracell como una marca líder en el mercado, asociándola con términos de calidad y durabilidad.

Me gustaría concluir resaltando que estas mascotas afectan al consumidor de manera que crean una mayor lealtad e impactos significativos en la percepción de los consumidores hacia las marcas. Hacen que podamos humanizarlas.